Con qué derecho, con qué motivo, por qué razón me preguntaste... "¿estás con él?" Sí, contesté, es lo más parecido a ti. No sé porque contesté que sí, porque no estaba, quizá, porque tú acababas de reírte de mí, de ganar... quien sabe si una apuesta. Me arrinconaste, tenías mujer, inocente de mí... nada sabía. Serví de mofa a tus compañeros, de risa a todo aquel que nos conocía, cuando viniste con ella y la presentaste, en aquel momento quise morir. Pero amigo... te digo una cosa, sé que sufriste, te dejó, se llevó todo. Me buscaste y no te daban razón de mí. Buscabas la suavidad de mi piel... el perfume de mi cuerpo... las fogosas caricias de mis manos, recorriendo tu cuerpo juvenil, los besos de mis ardientes labios, mi boca, ¡ay mi boca...! la que tanto placer te daba. Pobre diablo... me necesitabas, te diste cuenta que me querías, te tuviste que conformar con miserias, con migajas... porque como yo sólo hay una ¡¡yo!! ¿Sabes una cosa? estás en mi corazón, en mi mente día y noche. Aunque no debiera... te añoro, te deseo, te quiero, te amo... Autora: Gabriela-Lina



                




© Brisa Diseños - Copyright, Abril 2012